Visibiliza, hace reconocible y aumenta el conocimiento de la imagen de marca entre los clientes, además protege la integridad de los empleados ayudándoles en su comodidad y ergonomía
Las empresas en general tienen un objetivo primordial, obtener el máximo de ganancias por la prestación de sus servicios o la venta de sus productos. Aunque todo el mundo, cuando piensa en venta, suele contemplar la publicidad como la mejor herramienta para obtener esos resultados, la verdad es que existen otros muchos factores implicados. Entre ellos está, por ejemplo, el de contar con una buena uniformidad de la plantilla.
Pero, ¿qué tienen que ver cómo visten los trabajadores con las ganancias y la imagen de marca? La verdad es que muchísimo. Por eso, las empresas han de mostrar un gran interés en conseguir a proveedores de uniformes de trabajo que sean altamente profesionales y que se adapten, cien por cien, a sus necesidades.
Llegados a este punto, hay que tener en cuenta que el uniforme también comunica. Su color, su diseño, su disposición de la imagen corporativa, esto es muy interesante para el público, ya que identificará a la marca con su uniforme. Por otro lado, en una vertiente diferente, los trabajadores que se sienten cómodos, seguros y protegidos con sus uniformes rinden mejor, se genera más fidelidad a la empresa y, por tanto, son mucho más productivos.
Es obvio, pues, la enorme importancia que tiene elegir un uniforme adecuado según la labor del empleado y manteniendo la línea estética y reconocible en todo momento.
La clave: elegir una buena empresa de textil
No importa el tamaño de la compañía. Tanto si se es una empresa con cinco trabajadores como si es una multinacional, la uniformidad cumple la misma función. Al mismo tiempo, los tejidos deben ser versátiles, cumplir los máximos estándares de calidad y que sean, al mismo tiempo, asequibles.
Es por ello que, las grandes distribuidoras de uniformes suelen poseer fabricación propia e incluso de cercanía. No obstante, para mejorar y ampliar su servicio, pueden deslocalizar sus factorías hacia mercados más amplios, muy productivos y que mantengan todos los estándares antes señalados para cubrir a empresas que, en muchas ocasiones, operan en países y continentes diferentes.
Razones, todas las anteriores, para pensar que firmar un acuerdo de colaboración con una buena empresa textil que tenga fábrica en España, pero que también la tenga en otros mercados como el asiático, en el caso de tener que distribuir uniformes a nivel global será mucho más rentable y eficiente.
La experiencia: agilidad, versatilidad y personalización
Por otro lado, la experiencia de este tipo de empresas es fundamental para confiar un trabajo que, en ocasiones, es de gran inversión y envergadura. Pensar, por ejemplo, en una cadena de supermercados que opera a nivel internacional o de restauración. En este sentido, tener una empresa que facilite uniformes en cualquier país, con la misma calidad y manteniendo la imagen de la marca solo lo puede garantizar una sirvió con años en el mercado, la fabricación y la distribución.
Equilibrio total entre ergonomía y protección del entorno
Además de todo lo dicho hasta el momento, cuidar del planeta, el medio ambiente y reducir al máximo la huella de carbono, es otra de las premisas fundamentales de este tipo de empresas textiles. Por ello, el simple hecho de que cuenten con materia prima como algodones orgánicos y ecológicos ayuda a un equilibrio medioambiental desde antes de procesar el producto final.
Para los empleados, tener la certeza de vestir uniformes que van a proteger su integridad, les van a dar agilidad, los van a hacer visibles en sus puestos de trabajo y los va a dotar de identidad, supone una gran ventaja.
En definitiva, las empresas deben decantarse por depositar su confianza en compañías textiles de reconocido prestigio para que diseñen, fabriquen y distribuyan sus uniformes. No solo les ahorrará dinero, sino también gestión y les garantizará, sobre todo, mantener una imagen corporativa de nivel y prestigio, así como mantener la satisfacción de su plantilla de empleados. Todas esas ventajas, indirectamente, harán generar un beneficio integral a la compañía.
